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Federico Cafiero de Raho explicó cómo se usa la ley de extinción de dominio y las prisiones preventivas en Italia. Su organismo confiscó bienes por 25 mil millones de euros.


El fiscal antimafia de Italia, Federico Cafiero de Raho, circula por Buenos Aires en autos blindados y con custodios armados. Y esas medidas de seguridad no son una exageración. Sus antecesores en esa función, los jueces Giovanni Falcone y Emanuel Borsellino fueron asesinados por la mafia. Pese a vivir bajo amenazas, trasmite tranquilidad y dijo que “los mafiosos y los corruptos comparten algunos instrumentos como la Omertá”, en alusión al pacto de silencio de las mafias italianas.

Además, su fiscalía confiscó a través de una ley -parecida al decreto de Mauricio de Macri de extinción de dominio- bienes a mafiosos y corruptos por 25 mil millones de euros. Cafiero de Raho dirige la fiscalía más importante del estado italiano en la lucha contra la mafia, la corrupción y el terrorismo y que tiene dependencias en casi todas las regiones de Italia. Por cuestiones de secreto el veterano fiscal no hablo de causas específicas pero su experiencia es un espejo para muchas investigaciones argentinas. Para este experimentado fiscal, la corrupción política y económica, son "el principal estrago que enfrenta la administración pública".

De visita a la Argentina para participar del seminario antimafia italo-argentino organizado por el diputado de Cambiemos Fernando Iglesias, Cafiero de Raho dio una entrevista a Clarín.

-¿Como decía el juez Giovanni Falcone, hay que mejorar los mecanismos de cooperación internacional para luchar contra las mafias que se han globalizado y modernizado?

-La convención de Palermo y una serie de acuerdos bilaterales permiten una amplia cooperación entre Italia y la Argentina que va desde la detención de personas hasta el congelamiento de bienes. Y estamos dispuestos a utilizarlos y aumentar la cooperación con la Argentina.

-En el resumen de las funciones de su fiscalía se enumeran sus “polos de interés”, como la Cosa Nostra (Sicilia), Ndragheta (Calabria), Camorra (Nápoles), Sacra Corona Unita (Puglia), mafias extranjeras e incluye “corrupción”. ¿Por qué razón su fiscalía antimafia también investiga los delitos contra el Estado?

-Porque las organizaciones mafiosas tienen una estructura dual. Una militar para cometer actos de violencia y otra económica-financiera para blanquear plata. Esta última está manejadas por empresarios y profesionales de alto nivel social, graduados universitarios y que hablan dos o tres idiomas. No se trata más del típico mafioso del pasado casi analfabeto y con tatuajes en todo el cuerpo. Sabemos que, por ejemplo, los que se dedican al narcotráfico reinvierten el 70 por ciento de las ganancias en volver a comprar drogas y el resto en negocios en blanco. Son tan altas las ganancias que hemos detectado casos en que los mafiosos terminaron financiando campañas de algunos políticos -no toda la política, claro-, como hizo la Ndragheta en Canadá y Australia. Es tanto el poder de infiltración que hasta se han metido en logias masónicas y tienen inversiones ocultas en Europa, Estados Unidos y Sudamérica. Se mimetizan en personas que aparentemente son sanas y correctas y provienen de un alto nivel social y crean una estructura invisible que protege al resto de la organización.

-¿Cuáles son los instrumentos o los modus operandi que comparten los funcionarios corruptos y los mafiosos que, en ambos casos, por ejemplo, necesitan esconder plata negra?

-Sin lugar a dudas el primer elemento común es la Omertá (el pacto de silencio). El sistema criminal de la corrupción necesita autoprotegerse y para ello toman instrumentos de la mafia para mantener sus secretos. Por esa razón, en Italia sancionamos últimamente leyes para tratar de penetrar esas estructuras invisibles como la del agente encubierto y la intercepción de llamadas telefónicas y otros mensajes mucho más amplio. También cambiamos la ley sobre el tratamiento penitenciario. Ahora se usa el mismo tratamiento para un mafioso que un corrupto quienes no pueden acceder a una serie de beneficios dentro de la cárcel.

-Ese punto es muy importante. En la Argentina hay una discusión sobre la aplicación de prisiones preventivas en la etapa del proceso de causas por corrupción sin esperar a una condena. ¿Como es en Italia?

-En Italia se llama custodia cautelar. Se aplica indiferentemente a mafiosos o corruptos. Se aplica cuando hay riesgo de que los acusados sigan operando o pueden poner en peligro la investigación o las pruebas reunidas.

-Cuando se confiscan los bienes a los mafiosos que están siendo investigados por la comisión y la justicia, aunque no tengan condenas?

-En Italia hay dos instrumentos. Uno es esperar el resultado de un proceso penal y otro es el procedimiento preventivo que se aplica si el acusado representa una peligrosidad social de seguir operando con el dinero. En este último caso, se le pide que justifique el origen de su patrimonio aunque sea en un solo hecho mafioso o de corrupción. En el caso de que no lo pueda justificar, se confisca todo su patrimonio. En los últimos años, mi fiscalía ha confiscado bienes por 25 mil millones de euros a mafiosos y corruptos. Existe una agencia especializada que se encarga de su administración.

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