Nuestra misión
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En Argentina, numerosas ramas de la economía han sido alcanzadas por la criminalidad organizada: se estima que al menos medio millón de personas se encuentran en condición de esclavitud y trabajo forzoso en talleres, campos y otros lugares que obran de manera clandestina; entre ellas, miles de menores y mujeres son destinados a la explotación para fines sexuales o laborales. Asimismo, la comercialización y el uso de drogas en el país ha crecido exponencialmente en la última década, así como el número de muertes relacionadas con esa.
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La presencia de la criminalidad organizada en Italia data de hace más de dos siglos, siendo ésta anterior a la misma unificación del País, y con el transcurso de los años ha ido transformándose y expandiéndose tanto en su distribución geográfica como en sus ámbitos de actividad, alcanzando las provincias más septentrionales y las cumbres del mundo empresarial. En respuesta al fenómeno mafioso, el Estado italiano ha desarrollado un sistema de lucha a la criminalidad organizada que no tiene equivalentes en el mundo, abarcando todo aspecto legislativo y jurídico relacionado con el tema, desde las sanciones penales previstas para los delitos de tipo mafioso, hasta la reutilización social de los bienes confiscados a las organizaciones criminales.
Para reducir el nivel de delictividad es imprescindible intervenir directamente en los mecanismos clandestinos de generación y circulación de ingentes masas de dinero, por un lado, y en la infiltración de entidades mafiosas en las esferas legislativas, judiciales y ejecutivas del Estado, por el otro.
Además de la participación activa de las instituciones estatales en la lucha a las mafias, imprescindible para extirpar el fenómeno desde su raíz, es necesario involucrar también a los ciudadanos de manera transversal, más allá de las creencias políticas o religiosas, para crear un frente unido de oposición a las actividades de las organizaciones criminales en la Argentina, basado en intereses y valores comunes de transparencia y legalidad.