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En la misma línea con que inauguró hace dos semanas el año judicial -lo que le valió un fuerte enfrentamiento con sus colegas de la Corte Suprema y la justicia federal-, el presidente del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz, resaltó hoy la importancia de la "independencia judicial" y de que los jueces apliquen el derecho "más allá de los intereses políticos, ideológicos, sectoriales o personales que estén en juego".

Con estas palabras, Rosenkrantz cerró ayer en el Congreso el Seminario Antimafia Ítalo-Argentino, que inauguró el presidente Mauricio Macri hace tres días y que organizó el diputado Fernando Iglesias (Cambiemos). En el acto participaron el canciller Jorge Faurie, el procurador nacional Antimafia y Antiterrorismo de Italia, Federico Cafiero de Raho, y el juez Rosario Salvatore Aitala, de la Corte Penal Internacional.

"La independencia es el ingrediente ineludible para que podamos proveer los reaseguros que la cooperación social requiere", destacó el magistrado. Y añadió: "Como he dicho en otras ocasiones, debemos ser independientes de otros intereses que no sean estrictamente jurídicos. Debemos resolver aplicando el derecho. Esa es la mejor manera de mostrar que somos impermeables a las mafias. Nuestra independencia es la mejor garantía anti-mafia".

Rosenkrantz, al igual que en la apertura del año judicial, insistió en la necesidad de que los jueces se atengan estrictamente al derecho en sus pronunciamientos para que la Justicia, a su juicio atravesada por una profunda crisis de legitimidad, recobre la confianza de la sociedad.

"Un Poder Judicial sin legitimidad pierde su razón de ser, pues sin legitimidad el Poder Judicial no puede ser eficaz en la realización de sus fines", había advertido Rosenkrantz en aquella oportunidad.

Sus palabras no pasaron desapercibidas en el mundo judicial; de hecho, la mayoría de los jueces federales de Comodoro Py, más afines a su antecesor, Ricardo Lorenzetti, pegó el faltazo a la ceremonia. Sus colegas en la Corte, en tanto, lo dejaron nuevamente en soledad el martes pasado, cuando lo despojaron del manejo del Centro de Información Judicial (CIJ).

Pese a su situación de minoría, Rosenkrantz mantiene su línea y así lo demostró ayer en su discurso en el Congreso.

"El surgimiento mismo de las mafias es un testimonio del fracaso del derecho", advirtió el magistrado. "Si el Estado no reacciona, emerge el crimen organizado que, a su vez, genera un subsistema de lealtades peligroso y muy difícil de combatir. El aspecto particularmente peligroso del crimen organizado es que puede penetrar el Poder Judicial y, haciéndolo, puede desbaratar nada menos que el órgano encargado de generar la confianza necesaria para la cooperación en la legalidad", alertó.

Para un efectivo combate contra las mafia son necesarios recursos materiales y presupuestarios, infraestructura y "legislación adecuada", insistió Rosenkrantz.

"El Poder Judicial tiene una gran responsabilidad en el combate contra el crimen organizado. Para honrar esa responsabilidad, debe ser dotado por el Estado de los recursos necesarios para hacer frente a este enorme desafío", sostuvo el ministro de la Corte, y agregó que "en parte, se trata de recursos presupuestarios y materiales como infraestructura y entrenamiento adecuado para su personal".

Sin embargo, a su juicio, el mejor antídoto contra las mafias es que los jueces actúen con independencia. "Haciendo esto podremos lograr que las mafias no afecten al Poder Judicial, que el Poder Judicial funcione de modo robusto y sólido como órgano custodio de la confianza", enfatizó. "Y haciendo esto -concluyó- podremos lograr que esa confianza haga posible que nuestros proyectos comunes se realicen".

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